La gastronomía castellana y la gastronomía leonesa destacan por los guisos y asados, los vinos de gran calidad, la variedad de susdulces, los embutidos y los quesos. Incluso en determinadas zonas de estas dos regiones pueden encontrarse una importante producción de manzanas, turrones, etcétera. Toda ella influenciada por la antigua cocina del Reino de León Los asados son principales estandartes de la cocina regional, pero no son los únicos. También hay que tener en cuenta otros muchos platos, elaborados con todas las clases de productos gastronómicos que enriquecen su cocina, le dan personalidad y merecen ser conocidos y disfrutados. En Castilla y León la gastronomía es objeto de culto. No hay más que estar presente en algunas de las jornadas que se dedican al cordero, al cerdo, a la caza, las setas, tomar parte en el ancestral rito de la matanza, o acudir a la Semana Internacional de la Trucha, por citar algunos ejemplos. Incluso en la literatura se han hecho numerosas apreciaciones a la cocina de la zona, y ya en el Cantar de Mío Cid se ponían de manifiesto las virtudes culinarias castellano-leonesas. En Castilla, se prepara con tanto esmero la carne de cordero, liebre, conejo, perdiz, o cerdo, como unas migas, truchas o escabeches. Este mismo se muestra también en los dulces, que en ocasiones son tradicionales elaboraciones propias de los antiguos monasterios y conventos, de los que con frecuencia reciben el nombre: lazos de San Guillermo, yemas de Santa Teresa, toscas de la Virgen, bizcochos de San Lorenzo, virutas de San José… que muchas veces calman el hambre y son provisión de los peregrinos que hacen el Camino de Santiago.